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ACTO POR LA MEMORIA, LA VERDAD Y LA JUSTICIA EN PELLEGRINI

El pasado jueves a partir de las 10:30hs. en el salón de actos del Municipio de Pellegrini, se llevó a cabo el acto conmemorativo por La Memoria, la Verdad y la Justicia, estuvieron presentes la Intendente Interina, Ariadna Calvo, Concejales, Consejeros Escolares, autoridades y funcionarios. Las palabras alusivas a la fecha estuvieron a cargo de la docente Andrea Toxverdt, las cuales compartimos a continuación.
"24 de marzo: Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia Hoy, a 46 años del golpe cívico-militar de 1976, el Municipio de Pellegrini ha organizado este conmemorativo acto y me ha invitado a decir unas palabras para que podamos recordar, homenajear y reflexionar colectivamente. Ahora bien, ¿por qué el 24 de marzo es un día para reflexionar? Comenzaré compartiendo un breve cuento… LOS PÁJAROS PROHIBIDOS 1976, en una cárcel de Uruguay. Los presos políticos uruguayos no pueden hablar sin permiso, silbar, sonreír, cantar, caminar rápido ni saludar a otro preso.
Tampoco pueden dibujar ni recibir dibujos de mujeres embarazadas, parejas, mariposas, estrellas ni pájaros.
Didaskó Pérez, maestro de escuela, torturado y preso por tener ideas ideológicas, recibe un domingo la visita de su hija Milay, de cinco años. La hija le trae un dibujo de pájaros. Los censores se lo rompen a la entrada de la cárcel. Al domingo siguiente, Milay le trae un dibujo de árboles. Los árboles no están prohibidos, y el dibujo pasa. Didaskó le elogia la obra y le pregunta por los circulitos de colores que aparecen en las copas de los árboles, muchos pequeños círculos entre las ramas: -"¿Son naranjas? ¿Qué frutas son?" La niña lo hace callar: -"Ssshhhh". Y en secreto le explica: -"Bobo. ¿No ves que son ojos? Los ojos de los pájaros que te traje a escondidas". Eduardo Galeano, en su cuento de “Los pájaros prohibidos”, usa una forma muy creativa y sutil de dar a entender que por más que intenten reprimir a la gente y sus pensamientos eso no va a ser posible, porque las ideas y la inteligencia vencen siempre a la fuerza física.
En el día de la memoria no recordamos solo el golpe de Estado, sino también el periodo que duró esa dictadura militar y todos los hechos que padecimos los argentinos. Durante esos años, a pesar de la censura y el temor, algunos denunciaban los delitos que el gobierno cometía contra los ciudadanos: secuestros, torturas, prisioneros en cárceles ilegales… Sus familiares y amigos los buscaban, pero nadie sabía dónde estaban: eran considerados desaparecidos. Día de la memoria… ¿Qué memoria?, la verdad… ¿Cuál verdad?, y la justicia… ¿Para quién? ¿Para qué? • ¿Podríamos pensar en la memoria como la capacidad mental que posibilita a un sujeto registrar, conservar y evocar experiencias? • ¿Podríamos pensar en la verdad, como la conformidad de lo que se dice con lo que se piensa o siente? • ¿Y en la justicia? ¿Qué tal si la pensamos como la virtud que inclina a dar a cada uno lo que le pertenece, como derecho, razón, equidad, como lo que debe hacerse?
Oportunamente hoy, me referiré a estos conceptos, pero desde la MEMORIA HISTÓRICA, memoria que viene a designar un esfuerzo consciente de grupos humanos por unirse con su pasado, valorándolo, y tratándolo con especial respeto; y es que, vista así, la MEMORIA, se convierte en una ACCIÓN QUE PRESERVA LA IDENTIDAD Y LA CONTINUIDAD DE UN PUEBLO, es no olvidar lo aprendido, es el camino para no repetir errores del pasado.
Ahora bien… ¿podemos hablar de la memoria como un objeto único? No, ¡Claro que no! porque hay tantas memorias como miradas e interpretaciones del presente, que se balancean permanente entre rememorar y olvidar lo ocurrido. Existen memorias, individuales, familiares, colectivas…la de los padres que cuentan a sus hijos acerca de sus anécdotas y recuerdos de la niñez, la de los abuelos que relatan historias a sus nietos…pero en nuestro país esa transmisión o puentes generacionales que garantizarían la memoria colectiva, fueron rotos deliberadamente, sobre todo cuando un grupo social atravesó un periodo catastrófico y traumático que lo posicionó en el dolor, la muerte, el temor, la perdida… Sí, quebraron el orden existente, pero no pudieron romper los mecanismos para MANTENER VIVA LA MEMORIA, es decir mantener viva, una de las partes de la vida de un pueblo que consolida la identidad colectiva.
En la madrugada de ese trágico día, las Fuerzas Armadas derrocaron a la entonces presidenta en ejercicio, aplicando un programa de ajuste económico y pusieron en marcha UN SISTEMÁTICO PLAN DE REPRESIÓN ILEGAL que provocó la desaparición de 30.000 personas y el exilio forzado de miles de compatriotas pero eso no fue todo, sino que también pusieron en marcha MECANISMOS IDEOLÓGICOS que aterrorizaban a través del temor al ataque y a la perdida, que calaban la subjetividad, refugiándolos en el silencio y el aislamiento.
A través de la violencia física y la instalación de discursos que produjeron como efecto la negación de los hechos, la invisibilizacion de procedimientos militares públicos y a la luz del día, la sospecha sobre el otro. Estos dispositivos produjeron como efecto una larga etapa de silenciamiento, debilitamiento de lo colectivo y de los lazos sociales, ambos elementos necesarios para la reconstrucción de la memoria. NO ES LA MEMORIA POR LA MEMORIA MISMA. Es la decisión de alcanzar los objetivos de una generación que luchó por el destino de un país, donde hacer memoria ya no es incumbencia sólo de “Las locas de la plaza”, sino de un presente más politizado en el terreno de los derechos humanos. Algunas personas piensan que de las cosas malas y tristes es mejor olvidarse. Otras personas creemos que recordar es bueno; que hay cosas malas y tristes que no van a volver a suceder precisamente por eso, porque nos acordamos de ellas, porque no las echamos fuera de nuestra memoria. Cada 24 de marzo es una efeméride, una invitación a conmemorar, a HACER UN RECONOCIMIENTO de un hecho para que nunca más los argentinos permitamos una dictadura, ni que ningún gobierno viole nuestros derechos. Hoy puedo entender que la transmisión, en todas sus formas, el dar existencia a lo ocurrido en la última dictadura y sus consecuencias, deben reconstruirse, como se reconstruye el mismo tejido social, situándonos en ella como actores directos, participando en espacios donde debatir y por sobre todo buscando las maneras más adecuadas de poner palabras a aquello que intentó ser silenciado, “desaparecido”, porque es nuestro compromiso para que esto no vuelva a suceder.
Hoy más que nunca debemos seguir luchando por tener memoria, buscar la verdad y hacer justicia para que las nuevas generaciones comprendan los alcances de las graves consecuencias económicas, sociales y políticas de la última dictadura militar y por, sobre todo, se comprometan activamente en la defensa de la vigencia de los derechos y las garantías establecidos por la Constitución Nacional, y el régimen político democrático. Esto implica un conjunto de prácticas cotidianas donde la vida en comunidad cumple un papel muy importante.
A través de distintas experiencias y como docente de nuestra comunidad los invito a COMPROMETERNOS NO SÓLO A RENDIR HOMENAJE A NUESTROS DESAPARECIDOS SINO A LUCHAR POR UN PAÍS CON DIGNIDAD, TRABAJO Y JUSTICIA SOCIAL"